lunes, 7 de enero de 2008

Encuentro de los jóvenes de la CTA en Puerto Madryn

Ya para finalizar un año cargado de actividades la juventud de la CTA de Puerto Madryn dio el puntapié inicial en lo que será una serie de encuentros en toda la provincia para dar lugar al primer plenario provincial.
El encuentro fue abierto por la compañera Secretaria General de la regional Puerto Madryn Mirta Di Paul, quien en unas cortas pero efusivas palabras expreso que “la juventud se ha ganado el espacio dentro de la CTA a base de lucha y militancia diaria, fueron un ejemplo por estar en todos los conflictos, no solo acompañando, sino siendo protagonistas”, también enfatizo: “hoy les abrimos los brazos, no solo por su importancia estratégica dentro de la central, sino también porque los sentimos nuestros hermanos”.Acontinuación tomo la palabra el Secretario de Juventud de Chubut Gastón Medina, manifestando que “estos primeros pasos que esta dando la juventud en Chubut son gigantes, porque estamos logrando construir CTA en cada barrio, en cada escuela, en cada lugar de trabajo. Granito a granito estamos construyendo la correlación de fuerzas necesaria para vincular nuestras demandas con la capacidad de imponerlas.” Con esto comenzó el debate sobre el rumbo de la Juventud en Chubut y como lograr crecer en organización y convocatoria para alcanzar una juventud movilizada.
Varios compañeros se expresaron acerca de la necesidad de garantizarse una orgánica propia a fin de descentralizar las tareas a realizar y que, teniendo en cuenta el principio de democracia en el que se fundo la central, era necesario crear espacios de trabajo acordes a distintas áreas. Tales fueron: Política y Gremial, Administrativa y organización y cultura, comunicación y difusión.
Así mismo, también se discutieron distintas líneas de trabajo, haciendo especial hincapié en la necesidad de profundizar aun mas el desarrollo en el territorio sumando actividades desde lo cultural a la murga y apoyo escolar que ya se venían realizando. En este sentido se planteo la posibilidad de comenzar con talleres literarios, de teatro y pintura.
También se decidió continuar y ahondar mas en las escuelas secundarias a fin de que los alumnos conformen centros de estudiantes para así democratizar los espacios de la educación y romper con esto de que la democracia solo sea un punto mas del programa de Educación Cívica, para pasar a su ejercicio cotidiano desde temprana edad.
Posteriormente, los jóvenes se pronunciaron acerca de la necesidad estratégica de dar un paso más en la lucha por conseguir un presupuesto participativo para Puerto Madryn, pues, como ellos mismos lo expresaron, hace a la discusión de que tipo de Estado queremos. De esta manera se decidió en dar a conocer el proyecto de presupuesto participativo elaborado por la juventud a través de volanteadas y campaña de afiches.
Paritaria social juvenil.
Especial hincapié hicieron los jóvenes al hablar de la Paritaria social juvenil. La coordinadora de la Juventud de Madryn Pamela Goyeneche expreso que “la CTA supo tener sus máximas expresiones en tiempos de resistencia, hoy debemos hablar de una ofensiva, pero esta ofensiva no puede desarrollarse sin el acompañamiento y el accionar conjunto de las organizaciones hermanas que componen y forman parte del campo popular”. Todos estuvieron de acuerdo en que la juventud debe aliarse con las organizaciones hermanas para, no solo darle fuerza a los reclamos propios, sino también para hacer de la CTA los reclamos de los demás que en definitiva son los de todos los jóvenes. De esta manera los jóvenes madrynense manifestaron que existe una necesidad imperante de llevar a cabo la paritaria, como expresión ofensiva de la juventud.
Con esto se dio el cierre, comprometiéndose la totalidad de los jóvenes madrynenses, a empujar la construcción de una Juventud de CTA del Chubut fuerte y movilizada junto a los jóvenes de las demás regionales.

Declaracion del Octavo Congreso Nacional Extraordinario

8° Congreso Extraordinario
Por una Justa Distribución de la Riqueza
Por la Libertad y Democracia Sindical

DECLARACIÓN DE BUENOS AIRES
Somos herederos de una historia de 150 años. En 1868 trabajadores de astilleros de
la provincia de Corrientes fueron a la huelga para no contribuir con la masacre del
pueblo paraguayo en la Guerra de la Triple Alianza. Conciencia de clase y conciencia
nacional marcan a fuego la identidad del movimiento obrero argentino.
Desde nuestros orígenes como clase, la lucha reivindicativa ha estado ligada a la
lucha política. Hoy como ayer, la contradicción principal sigue siendo la misma:
Liberación o Dependencia.
Ni los grandes monopolios industriales y agropecuarios ni los beneficiarios del
saqueo de las privatizaciones fueron tocados en la médula de sus intereses.
El modelo productivo depredador de los recursos naturales y la matriz de
distribución de la riqueza permanecen intactos.
El crecimiento económico a partir de la salida de la Convertibilidad les ha permitido
cosechar rentas extraordinarias. Pero van siempre por más. Si los precios de los
alimentos se cotizan en alza en el mercado mundial, ellos presionan para trasladar
esos aumentos al mercado interno. Si hay que ceder parte de la rentabilidad en las
discusiones paritarias, se resarcen apropiándose a través de la remarcación de
precios de los aumentos que debieron ceder en la negociación con los gremios.
Es necesario transformar estructuralmente el patrón de distribución de la riqueza
impuesto a partir del 76 y profundizado en los 90.Entre el año 1993 y el 2002, la
participación de los trabajadores en el reparto de la Renta Nacional cayó del 40% al
25%. Esto significó miseria y retroceso social a niveles antes nunca conocidos, en
tanto los factores de poder celebraban la “integración responsable de la Argentina al
mercado global”.
La reactivación de las luchas por la recomposición salarial en el contexto de una
economía en sostenido crecimiento ha permitido elevar esa participación en una
cifra que oscila entre los 6 y los 8 puntos. Sin embargo, los grandes grupos
económicos ya pusieron el límite y empiezan a mostrar sus armas que son las de
siempre, remarcación, inflación, desabastecimiento, persecución sindical y lock-outs
patronales. Frente a esto el Gobierno empieza a mostrar la inconsistencia de un
discurso que se agota en los guiños amistosos y las apelaciones a la responsabilidad
del empresariado.
Lo cierto es que profundizar la recuperación de la pérdida de los asalariados en el
reparto de la Renta Nacional, con el objetivo de terminar con la indigencia y la
existencia de más de 10 millones de compatriotas viviendo debajo de la línea de la
pobreza, no será posible sin la adopción de políticas públicas que avancen hacia
reformas estructurales que configuren un nuevo modelo económico sustentado en
la justicia distributiva y el desarrollo social. Esto significa que hay que dejar de hablar
de techos salariales y empezar a discutir los techos de la rentabilidad empresaria.
¿Es factible hacer esto con la condescendencia de aquellos que se benefician de la
desigualdad? El capitalismo de rostro humanitario ya sabemos que no existe. Su
único rostro, de frente y perfil, muestra lo mismo: interés y máxima ganancia. Para
meterse con ese núcleo duro hacen falta dos cosas: un Estado dispuesto a desarrollar
a pleno su capacidad de intervención en la economía y un pueblo organizado y
movilizado para disputar por un reparto más justo de la riqueza.
En el contexto de la etapa histórica de transformaciones que se viven en nuestra
región, cualquier intento de buscar caminos intermedios será de hecho una
involución. El mandato que tenemos las organizaciones de trabajadores y los
movimientos sociales es luchar para la profundización de los cambios que
conduzcan a más justicia social, más democracia y más soberanía nacional.
Para ello hace falta construir articulaciones sociales que amplíen nuestra capacidad
de disputa y que, al mismo tiempo, permita ir configurando una nueva correlación de
fuerzas que exprese la unidad más amplia posible en torno a un proyecto nacional de
liberación. En ese rumbo, la Paritaria Social y la Constituyente Social impulsadas
desde nuestra Central, constituyen las distintas secuencias temporales del mismo
proceso de acumulación de fuerzas del campo popular para tributar a un proceso de
emancipación.
La historia del Movimiento Popular en la Argentina y el papel central de la clase
trabajadora a lo largo del mismo nos pone frente a un desafío muy grande. Sin un
nuevo sindicalismo integrado con las organizaciones sociales en la pelea por el
cambio del modelo distributivo y del modelo productivo, el margen para avanzar se
irá angostando y, a la larga, esta oportunidad histórica que hoy se nos presenta
puede quedar atrapada en la telaraña de los factores de poder. Esto es lo que le
confiere hoy particular importancia a la disputa por la libertad y la democracia
sindical y la Personería Gremial que sostenemos desde hace años.
El Gobierno ha mantenido hasta ahora una actitud de injustificable dilación.
Reconoció de hecho a la CTA pero más allá de cierta gestualidad, no tuvo la
determinación de obrar con justicia y otorgarle la Personería Gremial. Pudo más la
presión de los grupos empresarios en connivencia con sectores poderosos de la vieja
cúpula sindical. No le alcanzó siquiera el inusual respaldo a la demanda de la CTA,
por lo contundente y por lo taxativo, de la última Asamblea Anual de la OIT.
Lo cierto es que relativizar esta cuestión, poniéndola en el plano de una mera interna
sindical o invocando supuestos obstáculos jurídicos, es como querer tapar el sol con
la mano. Este es el talón de Aquiles de cualquier proyecto de contenido popular que
intente desafiar los intereses del capital concentrado. Sin una clase trabajadora
liberada de sus ataduras, es imposible siquiera pensar en avanzar con políticas
distributivas que toquen intereses vitales del poder económico.
La impunidad y la corruptela del viejo aparato sindical que tanto parece escandalizar
a los factores de poder, no sería posible sin la actitud condescendiente del Estado y
de los mismos patrones, que son los primeros en afirmar a través de las empresas
periodísticas que ellos mismos manejan que todo el sindicalismo está podrido.
Mienten y ellos lo saben mejor que nadie. Hay un movimiento sindical que por lo
bajo a pesar de los aprietes de un lado y del otro, a pesar de las listas negras y de los
aberrantes actos de criminalización de la protesta social por parte de los
energúmenos de la mano dura, sigue fluyendo, sigue dando batalla y sigue
manteniendo la presión por una distribución más justa de la riqueza.
Ese movimiento sindical con autonomía y vocación democrática crece y se proyecta,
a pesar de los que intentan negarlo, como perspectiva de futuro encarnado por la
CTA .Por el contrario, el único irremediablemente perimido a futuro es el de las
cúpulas que ellos apañan.
En tanto, miles de luchadores sociales que son presionados con la carencia del
paraguas del garantismo sindical, más otros tantos que son despedidos o
penalizados, dan cuenta de una energía que no está dispuesta a dejarse encorsetar a
pesar de la legalidad que se nos niega.
El Gobierno que se va deja abierta una deuda que no es sólo con los trabajadores,
sino con todos los argentinos que quieren vivir en un país con democracia y con
justicia social.
En lo que respecta a nosotros, no vamos a seguir acumulando expedientes legales
puesto que ya se dijo todo. La razón y la legitimidad están de nuestra parte. Vamos a
ganar la legalidad que le desate las manos definitivamente a los trabajadores
movilizados como hasta ahora en las calles de todo el país, luchando por la libertad y
la democracia sindical no como un fin en sí mismo, sino como parte de la decisión
conciente de asumir como clase trabajadora un papel cada día más preponderante
en el camino de la justicia social, la democracia y la autonomía nacional.
Argentina y América Latina protagonizan un tiempo de oportunidad histórica.
Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y el ejemplo señero de Cuba demuestran que
hay otros caminos, diferentes a los que marca el Imperialismo norteamericano y sus
socios cipayos, para alcanzar el bienestar de nuestros pueblos y la emancipación de
nuestras naciones.
En consonancia con la historia de luchas y conquistas de la clase trabajadora y
convencidos de que es posible articular una nueva experiencia de poder popular
para revertir este modelo que beneficia a los grupos dominantes, estamos
convocando al conjunto de las fuerzas populares a movilizarnos hacia la Plaza de
Mayo el 22 de abril del año que viene para instalar la Paritaria Social y a
autoconvocarnos en una Constituyente Social el 2 y 3 de agosto de 2008 en Jujuy
para reafirmar la necesidad de un nuevo proyecto de Nación.
Debate y acción, teoría y práctica, unidad y organización, solidaridad y participación.
He allí algunas de las claves que van configurando la estrategia de poder necesaria
para volver a ser libres, dignos y felices en nuestro propia Patria.Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 5 de Diciembre de 2007